Se investigaron las prácticas educativas que emergen del uso de las XO, entendiendo que fomentan la interacción, el aprendizaje colaborativo y el “aprender a aprender”, y desestimulan una trasmisión tradicional de información. Esto llevó a proponer espacios más flexibles que se adaptaran a esas dinámicas educativas renovadas (aulas que se pueden abrir unas a otras, espacios de usos múltiples, circulaciones equipadas, etc).
También se generaron espacios exteriores o semipúblicos wi-fi, que respondieran a la participación creciente de las familias y de los niños fuera del horario escolar. Y por otro lado la cultura digital (web 2.0, video juegos, celulares, net-art) repercutió en la imagen institucional.
Todo ello sin olvidar temas de la arquitectura educativa que siguen vigentes, entre otros, que las dinámicas sociales (y las variaciones de matrícula asociadas) exigen que los edificios puedan crecer.
Finalmente, algunas propuestas incluían conceptos de sostenibilidad y de mejor aprovechamiento de los recursos (acondicionamiento natural y artificial, aprovechamiento de agua de lluvia, de energía solar, etc.), otras hacían propuestas de equipamiento (que facilitara la interacción), y otras planteaban cómo utilizar las posibilidades de participación que brindan las TICs en el proyecto.
Se hicieron 2 ejercicios, “Inteligencia colectiva > simulación estudio” y “Escuela para la Educación 2.0”. El plantel docente estuvo integrado por Osvaldo Ferreyra, Juan Losada, Carlos Sityá, Pedro Barrán, Álvaro Trillo, Javier Mañana, Javier Tabárez, Lourdes Rumia, Ana Fernández y Pía Jelpo. Los trabajos que ilustran la nota (de arriba abajo) corresponden a: Mauricio Núñez y Guillermo Pérez x 2; luego Natalia Descalzi, Nohely Hernández y Santiago Marenco; finalmente Ana Paula Ciaran y Germán Elzaurdia.