miércoles, 14 de marzo de 2012

Escuela n° 213 en Jardines de Pando

En el centro de Jardines de Pando -pequeña localidad 3 km. al norte de Pando- el trazado previó un espacio público de varias hectáreas. En el lugar más destacado, donde remata la avenida central, se encontraba el terreno para la escuela.




Como el predio era muy amplio (7mil m2), planteamos una organización lineal en una planta, para dominar el terreno y promover la máxima vinculación con el espacio exterior. Sin embargo, buscamos enriquecer dicho orden lineal generando un espacio central que alentara la reunión de toda la comunidad educativa.
Es así que el proyecto se conforma con 2 cintas que se entrecruzan, generando el espacio de hall y comedor. La banda hacia el acceso está 50 cms por encima de la otra, lo que genera que el hall y el comedor estén sutilmente diferenciados por 4 escalones y por una raja en el techo que deja entrar el sol por las mañanas, lo que permite que se utilicen separados o integrados como un espacio mayor.



Las 2 cintas generan 4 espacios exteriores diferentes: hacia la avenida el acceso cóncavo que recibe al barrio; al norte el patio preescolar con un pequeño anfiteatro; al este el patio principal y al sur el de servicio.
Las cintas son revocadas, con parasoles verticales prefabricados de hormigón al oeste. El volumen vertical del tanque de agua se reviste de cerámica naranja y genera un contrapunto con la horizontalidad predominante, señalando la escuela y su importancia como único equipamiento público de Jardines de Pando.











Desde el punto de vista de la sostenibilidad, la escuela cuenta con quinta orgánica para producir parte de la comida, las aguas servidas se evacúan en un wet-land y la basura se clasifica.
Autores del proyecto: Arq. Pedro Barrán y Rodrigo Mediza
Dirección de Obra: Jorge Pagani
Obra seleccionada por Uruguay para la VIII Bienal de Arquitectura Iberoamericana.

Demoler y plantar





Proyectamos una reforma para la Escuela 42, Rep. de Bolivia. A más de medio siglo de su construcción – el proyecto es de 1948–, la escuela existente tiene varias dificultades para lograr la transformación a Tiempo Completo.
En primer lugar, tiene un área excesiva para la población infantil actual –14 aulas y 3 espacios similares más, con sólo 10 clases–. Pero por otro lado el Tiempo Completo exige ampliar ciertos espacios –el comedor y la cocina, reformar las aulas destinadas a preescolares–. Es así que se decidió no ampliar el edificio, sino reformarlo en su interior. Se integrarán 2 aulas y su circulación para transformarlos en comedor, sustituyendo los muros portantes por una estructura de hormigón convencional.
Además la edificación en forma de U tiene 2 alas bastante homogéneas y una tercera en mal estado de conservación y que al estar formada por distintos volúmenes, no acompaña la simpleza del resto. El proyecto demolerá ese sector –una batería de baños y una cocina irrecuperables–,  y los sustituirá por su silueta conformada por césped y enredaderas. En definitiva, encoger la escuela y desarquitecturizarla. Demoler y plantar.


En segundo lugar, cómo se presenta la escuela a la ciudad: la fachada hacia la calle Bolocua es digna –un lenguaje sobrio de volúmenes revocados con grandes vanos y pilastras de ladrillo–, mientras que hacia la Avenida Millán presenta un muro calado descuidado que no deja ver la escuela. Éste se sustituirá por una reja roja que contrastará con una enredadera verde, y generará un espacio intermedio hacia la Avenida. Dicha reja después ingresa al predio –separando el sector de cancha del área verde existente- y luego se transforma en una pérgola que hace de transición entre el comedor y el patio. Es así que el elemento reja/pérgola cobra protagonismo en el patio, calificándolo y definiendo su identidad. El resto del patio se trabaja con distintos pavimentos y equipamientos, activando diferentes zonas –área para preescolares, sector con juegos, otro con bancos bajo una anacahuita, cancha deportiva, etcétera–.


En tercer lugar, la escuela tiene una formalización moderna, pero con una organización tradicional, quizás producto de un período de transición en que los aspectos estéticos de la modernidad habían sido asumidos pero no las propuestas educativas de la “Escuela Nueva”.  Por ello se propone vincular visualmente las aulas a la circulación abriendo nuevos vanos, y ampliar los existentes desde las circulaciones hacia los patios.
Finalmente, se mejora la accesibilidad –rampa y baño para discapacitados–, y se reparan y actualizan las instalaciones –tres baterías de baños, toda la instalación eléctrica–. 
Autores: Arq. Pedro Barrán, Anita Silveira.