La Escuela
se sitúa en un terreno rectangular de dimensiones pequeñas, con su frente al
oeste, lo que nos condujo a plantearla con una distribución lineal en dos
niveles, para aprovechar el asoleamiento y la ventilación natural. El entorno
es residencial de baja altura, por lo que hacia la calle el edificio es de un
nivel y a medida que se aleja de ella crece a los dos niveles necesarios. La
ubicación en diagonal genera dos patios (el preescolar y el principal), que se
vinculan a través de un espacio techado abierto.
El acceso se
conforma con una serie de espacios que llevan, gradualmente, del espacio público
al privado de la institución: una plaza pública, luego un acceso abierto
techado, desde donde se puede entrar al sector preescolar en un nivel o al
sector de comedor y aulas comunes, en dos niveles. El edificio se vuelca
visualmente al barrio, tanto desde su patio principal como desde la
permeabilidad de sus espacios interiores.
La Escuela
se resuelve formalmente con su estructura: un esqueleto de pórticos de altura
variable, del que parecen colgar ambos niveles. Esa estructura sirve como único
tamiz entre el exterior y el interior, a la vez que se derrama en el terreno
generando el equipamiento que califica los espacios exteriores. Al igual que la
estructura, las instalaciones se dejan a la vista, teniendo cuidado de
situarlas fuera del alcance de los niños. Todos estos sistemas son visibles
para que, eventualmente, puedan ser usados de forma didáctica. Por otro lado,
el espacio interior es continuo y flexible, tanto el hall de doble altura y el
comedor, como las aulas, que mediante mamparas y tabiques corredizos pueden ser
unificadas.
El edificio pretende generar distintas escalas de apropiación, individual y colectiva. Por un lado, busca entenderse desde el exterior como una unidad institucional. Por otro lado, divide sutilmente dos sectores: las aulas de 4 y 5 años con su patio, pequeño y contenido; y los espacios comunes, las aulas y el patio principal, más vinculados al barrio. Finalmente, las aulas pueden ser utilizadas de la manera convencional (cada clase separada de las demás) o vincularse entre sí cuando las maestras lo requieran.
La Escuela 295 de Tiempo Completo se inaugura este viernes 5 de octubre. El proyecto es del Arq Pedro Barrán y Rodrigo Mediza. El Director de Obra fue el Arq. Eduardo Fierro y el Supervisor el Arq. Rodolfo Cabrera.